
Lo que engorda es la emoción
Lo que engorda es la emoción
La relación entre emociones y peso corporal va mucho más allá de las calorías. Comer no siempre es una necesidad física: muchas veces es una respuesta emocional.
Cuando no digerimos nuestras emociones, el cuerpo intenta compensar... y una de las formas más comunes es a través de la comida.
¿Cómo influyen las emociones en el aumento de peso?
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Comer emocionalmente
Comer por estrés, ansiedad, tristeza, soledad o aburrimiento lleva a una alimentación impulsiva, rica en azúcar, grasas y harinas. -
Elecciones poco saludables
En estados emocionales alterados es más difícil elegir alimentos nutritivos. Se recurre al "alivio rápido" que ofrecen ciertos alimentos procesados. -
Falta de motivación y energía
Emociones como la depresión o el agotamiento emocional reducen las ganas de moverse o ejercitarse. -
Alteraciones hormonales
El estrés crónico eleva el cortisol, lo que aumenta el apetito y favorece la acumulación de grasa abdominal.
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